Me quedé sin trabajo un buen tiempo, el ser dependiente de una persona es difícil, tenía mi familia que me daba la mano, pero debía estar esperanzada de que alguien me ayude. A esto hay que sumarle el no poder salir, estar en tu casa encerrada, no verte con tus amigos, la falta de trabajo y de dinero, todo eso te origina stress.

Gracias a Dios tengo tres meses trabajando para la municipalidad de Lima, que tuvo la iniciativa de incluir laboralmente a las mujeres trans, una de las poblaciones más vulnerables dentro de la comunidad LGTBIQ, tengo una estabilidad laboral momentánea, ya que es un trabajo que vamos a hacer solo por la pandemia, básicamente supervisamos los protocolos de bioseguridad en el centro de la ciudad.

 El caso de las mujeres trans es bien complejo, en la mayoría los trabajos no las aceptan, no son bien vistas y si algunas trabajan es en algo de tercera categoría. Muchas están solas y con esta pandemia es difícil no tener a alguien que te pueda dar la mano si te ve sin trabajo, en verdad la han pasado mal, pero ha habido ONG’s que se han puesto en contacto con ellas y han estado saliendo adelante con ollas comunes y el apoyo de algunas empresas.

 La vida va cambiar bastante, creo que la gente ahora ha tomado conciencia de muchas cosas que siempre se dicen, como lavarse las manos, ahora todo el mundo lo hace, vamos a tener nuevos hábitos de cuidados y de prevención.