Cuando comenzó la pandemia por mayo del 2020, me contagié y después de unos días mi mamá también, pero a ella le dio peor, ella ya había superado el Covid, pero le quedó una neumonía y la pasó mal, estábamos preocupados, sentía la angustia de qué va a pasar mañana,  miraba en las noticias la falta de oxígeno, la ausencia de camas UCI, la gente que se moría , todo eso me generaba una ansiedad que sentía todos los días, pero mi madre se pudo sanar.

Fue triste terminar la universidad en pandemia, sentí pena de acabar la carrera así porque no tenía a mis compañeros, ni pude compartir con los profesores, no pudimos vivirlo y tuvimos que adaptarnos. Tenía muchas expectativas sobre la graduación, pero solo fue una reunión por Zoom con la universidad y unas cuantas palabras, incluso no tenía a mi familia en ese momento, luego llegaron compramos unos bocaditos, pude tener una toga, las fotos del recuerdo y una llamada de mi papá que estaba en el extranjero.

Sentía frustración por no poder conseguir trabajo, estuve así tres meses, me deprimí demasiado, sentía que no tenía sentido haber estudiado cinco años, me puse muy débil porque decían que la situación estaba mala, a pesar de todo, logré conseguir empleo.

He conocido gente de forma virtual, pero me hubiera gustado compartir momentos con ellos, es muy distinto al hacerlo en una pantalla, no puedes contar anécdotas, salir a tomarte fotos, grabar videos para compartir, ir a bailar, no es igual a estar sentados frente a una computadora y hablar, pero siento que de alguna forma ya me he acostumbrado a esta vida, hay una parte mía que se resiste, pero es lo que hay que hacer, debemos seguir, hay que adaptarse a lo que viene.